La llegada del COVID-19 a la población, hizo que la medicina buscará una respuesta rápida para evaluación y seguimiento de pacientes con esta patología, o aquellos afectados por hipertensión, diabetes, enfermedades pulmonares y cardiovasculares crónicas, ya que son más susceptibles a presentar formas más graves de COVID-19.
Las evidencias crecientes, aunque todavía respaldadas por pocas publicaciones, muestran la utilidad potencial de la ecografía en pacientes con COVID-19. El desafío era detectar alguna infección pulmonar, que posteriormente pudiera ser analizada, y determinar sobre qué trataba. Aunque el ultrasonido no es capaz de realizar el diagnóstico de COVID-19, su uso ha sido complementario para analizar la evolución del cuadro patológico de los pacientes contagiados.
El ultrasonido en el campo de la pandemia
El ultrasonido presenta múltiples ventajas frente a otros métodos de estudio imagenológicos: ausencia de uso de radiaciones ionizantes, bajo costo comparativo, alta disponibilidad y posibilidad de realizar exámenes dinámicos y en cualquier lugar.
En el caso específico del COVID-19, existen algunas ventajas adicionales. En primer lugar, los equipos de ultrasonido, ya sean de bolsillo, portátiles o estacionarios, son más fáciles de limpiar y desinfectar, que los equipos de radiografía o de TC, lo que otorga una ventaja considerable en términos de poder llevar a cabo protocolos efectivos de control de la transmisión del virus.
Además, aquellos pacientes que desarrollan la variante más grave de la enfermedad, con neumonitis viral y requerimiento de ventilación mecánica invasiva, se benefician especialmente de contar con una modalidad de estudio que puede ser realizada en un mismo sitio, en forma reiterada, obviando los riesgos propios del traslado intrahospitalario.
Diagnóstico del COVID-19 con ultrasonido
Existen diversos protocolos de ecografía pulmonar. Sin embargo, los reparos anatómicos que se utilizan para dividir los campos de exploración son comunes a muchos de ellos.
A cada lado, el campo anterior se ubica entre la línea paraesternal y la línea axilar anterior. El campo lateral se ubica entre la línea axilar anterior y la línea axilar posterior. El campo posterior se ubica entre la línea axilar posterior y la línea paravertebral. A su vez, cada uno de estos campos se subdivide en superior e inferior en relación, aproximadamente, al tercer espacio intercostal.
Esto da un total de 12 campos (6 por cada pulmón).
Para la limpieza e higienización del equipo
Se sugiere la utilización de cobertores desechables de plástico, indicado para transductores y cables; estos son transparentes de modo que no limitan la visualización. Asimismo, se recomienda realizar el proceso de desinfección antes y después de cada paciente, así como también se pudiera cambiar el cobertor de plástico.
En términos generales, la ecografía pulmonar se debe utilizar para la estadificación de la gravedad y el seguimiento de los pacientes críticamente enfermos con COVID-19. Aunado a esto, se debe utilizar el protocolo de Rouby con abordaje oblicuo para la visualización y registro de las ventanas pulmonares para realizar el examen. Por su parte, el examen de ultrasonido de pulmón de rutina no debe usarse para el seguimiento y diagnóstico de COVID-19.
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Capacitación del equipo ultrasonido Ebit50 Vet
Equipos de ultrasonido en la detección temprana de problemas de salud